lunes, 28 de diciembre de 2009

La trilogía sobre Escipión

Muchos meses sin comentarios sobre lecturas hechas no significa abandono de la tarea. La trilogía hecha por Santiago Posteguillo - Africanus, el hijo del cónsul; Las Legiones malditas; y La traición de Roma - con más de 2.500 páginas, además de tiempo, conlleva un proceso de digestión lento. Una maravilla literaria ( las descripciones de las batallas y de los sentimientos...) y una narrativa histórica excelente (fiel a las fuentes antiguas) convierten a este autor en uno de los mejores sobre novela histórica. En el blog de "hislibris" se puede hacer seguimiento puntual sober valoraciones de la obra. La época de la Roma republicana antigua no ha sido tan bien descrita. Compite con los grandes como Colleen McCullough.

2 comentarios:

  1. La obra consta de tres libros (“Africanus”, “Las legiones malditas” y “La Traición de Roma”) que narran la vida de este general romano desde su nacimiento hasta su muerte. Por tanto, cubre un espacio temporal amplio y central en la historia de la expansión de Roma por el Mediterráneo occidental y oriental durante la época republicana (finales del siglo III y primera mitad del siglo II a.C.). Hay que decir que el conjunto se expresa en tres volúmenes de una media de 800 páginas cada uno.
    Las tres novelas en su conjunto dan un tratamiento realista, basado fundamentalmente en la fidelidad a las fuentes escritas históricas, que afortunadamente son abundantes. Mantienen una unidad, aunque pueden ser leídas de manera independiente. Singularmente, la tercer parte tiene un enfoque narrativo algo distinto.
    El autor se permite dos tipos de licencias que, según mi parecer, le dan a la obra un estilo muy personal y atrayente, recurriendo a procedimientos que ya han utilizado otros autores. Por una parte, Posteguillo crea unos personajes secundarios de ficción que ayudan a recrear el ambiente y, por otra parte, en el tercer libro cambia el enfoque narrativo, siguiendo la técnica de la “supuesta” memoria escrita del personaje principal (Escipión), realizada en su retiro en la edad madura. En este último libro, el protagonista hace un repaso a los momentos clave en su declive en la política romana. En este aspecto, precisamente, se nos pone de relieve la influencia que han tenido en Santiago Posteguillo otros autores, como Robert Graves (Yo Claudio), Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano) o Allan Massie (Tiberio) que han utilizado el mismo recurso formal (la memoria, la carta, o la autobiografía).

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  2. Como se ha indicado anteriormente, es una obra muy fiel a las fuentes, circunstancia que el autor explicita al final de la obra haciendo las citas pertinentes, que describen la vida del personaje principal (Escipión) u otros secundarios.
    Es una obra arriesgada, pues abarca un gran período de historia, desde el nacimiento hasta la muerte del protagonista. Por tanto, hay considerarla como una novela lineal, que desarrolla el marco histórico de una manera diacrónica.
    Se podría considerar una especie de biografía si no fuese por las aportaciones de ficción. Los momentos de vacío histórico los suple con habilidad introduciendo otras situaciones y personajes que completan el ambiente y la época. Hace algunos guiños a los entendidos en historia, proporcionando abundante información sobre algunos protagonistas de la época de los que no se dispone de tanta documentación como en el caso de Escipión, ya sean políticos (Fabio Máximo, Catón, Tiberio Graco) u otros (historia paralela del comediógrafo Plauto, su aparición y conquista del éxito popular).
    Opta por la utilización de los términos latinos (topónimos, instrumentos, etc.). Por una parte, describe la ciudad de Roma con extremado rigor, los desenlaces políticos (luchas y debates en el Senado), la vida de la familia y el ambiente y costumbres. Las escenas de amor las deja en segundo plano, pero no las rehúye. Mención especial hay que hacer sobre la descripción de todas las batallas en las que intervino Escipión como protagonista o Aníbal su principal contrincante. Se recrea en la descripción de estrategias, desarrollo de las batallas (violencia realista) y los desenlaces y consecuencias políticas y militares. En este último aspecto arriesga en hipótesis plausibles difíciles de contradecir.
    Llama la atención la dualidad que establece entre los dos protagonistas militares de la época: Escipión y Aníbal. Traslada al lector, y de hecho lo deja caer, que hay una complicidad emotiva entre los dos enemigos. El autor no opta por ninguno de los bandos en conflicto, no se compromete ideológicamente, aunque sí deja clara su animadversión hacia ciertos grupos políticos, sobre los que la historia sólo revela los antagonismos.
    Para mi gusto, y coincido con las críticas que se han hecho, Santiago Posteguillo es un autor que cumple las dos finalidades que debe tener una buena novela histórica: rigor en el uso del marco histórico (personajes, ambiente, fidelidad a las fuentes…) y entretenimiento acompañada de una gran calidad literaria. No en vano el autor es profesor de filología.

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