sábado, 28 de marzo de 2009

Álbum Picasa: leer y pasear en Baelo Claudia

Esta es una muestra de la práctica de compartir álbumes a partir de "Picasa". Son fotos tomadas en un lugar de ensueño: la playa gaditana de Bolonia, cerca de Tarifa (Cádiz), municipio fundado por el emperador romano Claudio (s.I dC). Un lugar ideal para llevarse algunos libros, especialmente clásicos del mundo romano; recomiendo leer poesía, especialmente, como a Catulo y Ovidio, y dejar volar la imaginación.
Fotos curso web 2.0

miércoles, 18 de marzo de 2009

La permanente atracción por la egiptología


Estos días ha saltado la noticia sobre los últimos descubrimientos de la misión arqueológica dirigida por José Manuel Galán (egiptólogo español) dentro del Proyecto Djehuty (Tumba en Dra Abu el Naga, Luxor). Tras ocho años de trabajo de limpieza y excavación de una tumba, violada en tiempos pasados, que perteneció a Djehuty, alto funcionario de la reina Hatshepsut (Supervisor de los Tesoros) de la dinastía XVIII del Imperio Nuevo, y a su colega Hery, el profesor Galán ha dado con dos hallazgos sensacionales que culminan un largo recorrido de investigación. El descubrimiento de parte del tesoro y de las pinturas de la cámara funeraria (diosa Nut y otras figuras de animales y jeroglíficos) va a aportar nueva luz a una de las épocas más brillantes de la historia antigua egipcia, en esta ocasión a través de una tumba perteneciente a un noble y no a un personaje de la familia del faraón. Un enlace para conocer la tumba se puede encontrar en: http://www.youtube.com/watch?v=sWFUN6pa724
No obstante, más que la noticia arqueológica, interesa resaltar otros aspectos del trabajo de este equipo. José Manuel Galán publicó en 2006 “En busca de Djehuty, crónica de una excavación arqueológica en Luxor” (National Geographic). Su lectura la enmarcaría dentro de la narrativa de aventuras, donde lo real se tiñe de misterio. Esta obra y la del mecenas Jordi Clos, “Mi querido Nilo: ayer encontré la pirámide perdida” (Península, 2002) son dos obras que narran con mucho acierto literario los inicios de la “aventura arqueológica” de dos personajes claves en la investigación y la preservación del patrimonio arqueológico egipcio en España.

lunes, 2 de marzo de 2009

Entre los clásicos y los modernos hay poca distancia




A veces, hay poca distancia entre autores antiguos y autores más modernos, incluso de nuestros días. Los clásicos antiguos tienen vigencia. Ryszard Kapuscinski, premio Príncipe de Asturias en 2003, en su relato Viajes de Herodoto, en un viaje por "la frontera entre lo oriental y occidental" se inspira en Herodoto (s V. a C.) para hacer unas reflexiones sobre el permanente desencuentro entre oriente y occidente. Sin embargo, a mi me ha llamado más la atención su mención a la transmisión de la memoria histórica, narrada oralmente en la antiguëdad (tradición homérica hasta Herodoto), y la ausencia hoy de esa necesidad, pues el entorno no lo requiere (bibliotecas, bases de datos, internet, etc): "El hombre contemporáneo no se preocupa por su memoria individual porque vive rodeado de memoria almacenada". El tener hoy en día tanta información nos mantiene ¿más o menos activos? ¿qué participación tenemos en la elaboración de la memoria histórica? En la antigüedad la sociedad estaba pendiente del narrador, la transmisión oral del conocimiento exigía una participación de la comunidad. Desde este punto de vista, parece que hoy con tantas posibilidades estamos más alienados. A estas y a otras reflexiones me llevan tanto Kapuscinski como Herodoto. Hace tiempo que me hice el propósito de simultanear la lecturas entre clásicos y modernos/actuales. Es un buen ejercicio. Y este libro conjuga ambas lecturas en la misma obra.

"Stieg Larsson sigue vivo"



El autor sueco Stieg Larsson, fallecido antes de conocer el impacto de su obra - la trilogía sobre la revista Millenium -, seguramente, se sentiría satisfecho al conocer el éxito de sus novelas -traducidas a varios idiomas - y que ahora la primera (Los hombres que no amaban/odiaban a las mujeres) ha sido llevada al cine, parece que con buena crítica y con gran expectativa de los lectores de sus relatos. Sin duda, el encontrarse la primera parte en los primeros puestos de venta en diversos países, en parte, se corresponde con las positivas críticas de que ha sido objeto. Y en el tercer puesto ya se encuentra la segunda parte. Hay que esperar todavía algunos meses para la traducción al español de la tercera que cierra el ciclo.
Una noticia aparecida en El País Digital decía: Lisbeth Salander se corona como nueva reina de Suecia. La primera entrega de la trilogía 'Millennium', de Stieg Larsson, llega a los cines .
FERRAN FERRANDO / MARTI MANEN 01/03/2009. No importa que la princesa Victoria informe por Youtube del enlace matrimonial con su novio, el propietario de un gimnasio: la nueva reina de Suecia es Lisbeth Salander. O Noomi Rapace, la actriz que brillantemente interpreta a la hacker anoréxica, independiente, queer y turbulenta heroína de la serie Millennium, de Stieg Larsson.
La noche del viernes sirvió de escenario para el estreno de la primera película realizada a partir del boom editorial que engendró el difunto periodista y autor sueco. Si a la gente de Estocolmo le encanta hacer cola, aún más comprar entradas por Internet, así que hace ya un par de meses era posible conseguir entradas para Män som hatar Kvinnor (traducido al español como Los hombres que no amaban a las mujeres, aunque su traducción literal sería Hombres que odian a mujeres). El resultado fue un clamor: un lleno absoluto de los lectores-admiradores de Larsson en todos los cines donde se proyectó la película.
El filme que traslada al cine la obra de Larsson -un auténtico fenómeno editorial en toda Europa- ha despertado el interés constante por parte de la prensa sueca desde su gestación. La noticia de que Michael Nyqvist, uno de los grandes actores suecos, interpretaría al audaz periodista Mikael Blomkvist apareció en la portada de todos los periódicos suecos, pero fue la adjudicación del papel de Lisbeth Salander a la joven actriz Noomi Rapace lo que generó una auténtica histeria colectiva.
Rapace, una intérprete procedente del mundo del teatro, se convertía en Lisbeth Salander, la nueva heroína de Suecia, el ejemplo para los jóvenes suecos deseosos de cambiar el mundo o vivir la vida siguiendo sus propias ideas. Lisbeth, la chica supuestamente inofensiva que puede con todo pero no deja de ser ella misma. Lisbeth, la cara del nuevo feminismo. Lisbeth, lista, inteligente, atractiva, mordaz, depresiva, auténtica, dura, fría, calculadora, emocional, débil y fuerte a partes iguales...
Si Stieg Larsson retrató a Lisbeth Salander como una chica pequeña, bajita, delgada y fumadora empedernida, la Lisbeth que encarna Noomi Rapace es también baja, pero extremadamente fuerte. Sus músculos, tatuajes y piercings sorprenden incluso al mismísimo Mikael Blomkvist, que en la película deja de tener relaciones sexuales con todas las mujeres para concentrarse en sus investigaciones y en la propia Lisbeth. Lisbeth Salander se convierte en la protagonista indiscutible de esta historia cinematográfica. Al mismo tiempo, el elenco de actores de Millennium es de lo mejor de Suecia. Todo el público reconoce sus caras, sabe de sus trayectorias y se identifica con ellos.
Los paisajes, la filmación y la producción huelen a un producto perfectamente logrado, pero algo hace que la película no sea más que eso: una buena película. La gestión de derechos para la producción de la trilogía en Suecia se realizó antes de que los libros de Larsson fueran el bombazo global que han sido. Y se quedaron cortos en la negociación: el primer filme se estrenó el viernes, pero los dos siguientes se presentarán directamente en la televisión. De hecho, las dos horas y 30 minutos de esta primera parte respiran algo de serie televisiva. Serie de calidad, con buenas interpretaciones y localizaciones, pero la sombra de la televisión planea sobre la película, alejándola del gran producto que podría haber sido.
Todos los temas que Larsson quería tratar en su multimillonaria trilogía aparecen ya en la primera película, por ejemplo la caza de los nazis, primera y última razón de ser de Expo, la revista donde trabajaba Larsson. Ésta sirvió de modelo para Millennium, siendo la versión literaria y ahora la cinematográfica el detonador del impacto social que Expo no es. No obstante, aunque el número de suscriptores no haya crecido exponencialmente después del éxito de los libros, la revista sigue en su empeño incansable en señalar las conexiones entre la alta industria sueca y la ultraderecha. También, un nuevo feminismo se apodera de la pantalla, aunque sin la precisión que encontramos en los tres libros, así como una voluntad de investigar los trapos sucios que hay detrás de esa sociedad del bienestar que sigue definiendo a Suecia.
Como país exportador, Suecia guarda más tesoros para aquellos que se atrevan a publicar novedades editoriales de autores previamente desconocidos. Larsson puede consumirse ya en libro y cine, pero otro gran producto espera ser acogido en España: si ahora el interés se centra en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, los próximos pueden ser los niños vampiros de Lât den rotte komma in (Dejad que el elegido entre), la novela de John Ajvide Lindqvist en la que el drama social de extrarradio de los años ochenta se mezcla con vampiros, personajes andróginos, mobbing, pedofilia y mucho frío. La película, dirigida por Thomas Alfredsson, ha sido además recibida como una verdadera revolución dentro del género de terror. Las apuestas están abiertas... "

¿La buena acogida de este autor se corresponde más con una buena campaña de marketing, como ha sucedido con otros grandes éxitos editoriales (El Código da Vinci, La sombra del Viento ...)? o por el contrario ¿realmente nos encontramos ante una regeneración de la novela negra, con nuevos enfoques hacia preocupaciones como la corrupción, el papel de los medios, etc.? Me temo que son preguntas de difícil respuesta. Hay quien dice que la buena calidad literaria sólo la mide el lector. No hay que esperar a críticos que le pongan uno u otro sello. Para mi la tiene. Me ha distraido y sobre todo me ha atrapado.